Venían buscando un pretexto para profundizar
más su oleada fascista. ¡Y lo encontraron! La explosión
de un carro bomba en el club el Nogal en Bogotá, donde murieron
unas treinta personas, entre ellas varios empleados, ha sido utilizado
por el Estado colombiano y los vendidos medios de comunicación
para hacer un llamado a tomar medidas concretas que profundizan el control
social y la persecución política. No se sabe quiénes
son los verdaderos responsables del hecho y es probable que detrás
estén otro tipo de fuerzas diferentes a la guerrilla, como grupos
de narcotraficantes o hasta la misma CIA. Ya ha sucedido antes, sucesos
confusos donde hay algunos muertos “civiles” son utilizados
por las clases dominantes para profundizar medidas represivas y los
ataques contra la mayoría que dicen defender. En 1995, en Estados
Unidos en Oklahoma explotó un carro bomba en el edificio federal
muriendo varias decenas de personas entre ellas varios niños,
de inmediato el gobierno culpo a un grupo “del Medio Oriente”,
persiguió y detuvo a varios activistas políticos, dio
mas presupuesto para la policía y la inteligencia, y tomo varias
medidas contra los inmigrantes e insistió en la necesidad de
la pena de muerte; después se comprobó que un derechista
era el responsable y tenía relación con grupos fascistas,
pero eso no importo ni sirvió para echar atrás las medidas
represivas que el gobierno ya había puesto en marcha.
Qué cinismo que mientras las lamesuelas clases dominantes colombianas
dicen oponerse al “asesinato de niños y a cualquier golpe
a la población civil” recurran de inmediato al mas grande
criminal de la historia para brindarnos “protección”
los Estados Unidos. En Irak fruto de las sanciones económicas
y los bombardeos yanquis han muerto más de un millón de
personas, entre ellas cientos de miles de niños. En Afganistán
miles de civiles han sido asesinados por “errores” o “daños
colaterales”, han sido arrasados cultivos y millones están
sufriendo de una fuerte hambruna. Es decir su cuento de “oponerse
al crimen y al sufrimiento” es sólo pretexto para emprender
los más grandes crímenes contra la humanidad con tal de
servir a sus intereses. Los ataques del 11 septiembre de 2001, de los
que seguramente nunca se sabrán las maquinaciones detrás
de ellos, fueron utilizados por la clase dominante norteamericana para
lanzar una guerra contra los pueblos del mundo, primero para bombardear
al pueblo de Afganistán, luego para justificar su ataque contra
Irak, etc., planes de intervención que ya estaban en marcha pero
que los sucesos del 11 de septiembre aceleraron.
Un pretexto para
la mayor intervención imperialista
“Yo veo que es mas grave el conflicto del narcotráfico
y el terrorismo en Colombia para la estabilidad democrática del
continente en el mediano y largo plazo... Así como [los imperialistas]
le han puesto todo el entusiasmo a la operación del Golfo Pérsico,
una vez se resuelva el problema de Irak es muy importante que se piense
en una movilización semejante en los mares internacionales, en
el Pacífico, en el Atlántico, en los cielos... Se necesita
una operación de verdad, hay mucho discurso pero falta más
acción”.
—Álvaro Uribe Vélez, 16 de enero de 2003
Es un hecho, bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico
y el “terrorismo” el gobierno colombiano está entregando
en bandeja de plata el país para la mayor penetración
imperialista. En los últimos días se han esforzado por
inventar vínculos con el “terrorismo internacional”
en el reciente atentado contra el Club el Nogal, para justificar una
intervención directa de fuerzas de ocupación yanqui. Desde
el llamado a los países centro americanos y andinos para oponerse
al “terrorismo”, pasando por la exigencia de una declaración
del concejo de seguridad de la ONU que declare a las FARC como “terroristas”,
la participación del Jefe del Comando Sur, etc., todo apunta
a implementar en Colombia una fuerza de ocupación yanqui así
como fortalecer al Estado colombiano como la punta de lanza, el perro
guardián de los yanquis en Latinoamérica.
Pero necesitamos recordar cuántos crímenes y atrocidades
ha cometido los Estados Unidos en nombre de la “democracia”
y la “libertad” y que son ellos los verdaderos terroristas
y más grandes narcotraficantes. En la década de 1980 EU
financió a los contras nicaragüenses con dinero del narcotráfico
para combatir al gobierno sandinista, lo cual causó miles de
muertos y desaparecidos. En Panamá los yanquis apoyaron a Noriega
y permitieron que tuviera vínculos con narcotraficantes colombianos
para mantener su control del canal de Panamá y luego bajo el
pretexto de tumbar a Noriega bombardearon ciudad de Panamá. En
Chile derrocaron al gobierno de Salvador Allende apoyando al Dictador
Pinochet quien fue responsable de la muerte de más de 30.000
opositores políticos. En Perú montaron y apoyaron a Fujimori
y su mano derecha Vladimiro Montesinos, quien estaba ligado a grupos
de narcotraficantes y era agente de la CIA, para emprender una persecución
sistemática contra el pueblo peruano y su Partido Comunista del
Perú (llamado por la prensa sendero luminoso). En conclusión
los imperialistas yanquis siempre se han asociado con criminales, grandes
narcotraficantes, etc para mantener su dominación sobre los países
del tercer mundo y directamente los yanquis han sido los más
grandes criminales de la historia.
En Colombia durante las últimas décadas se ha llevado
a cabo una estrategia de guerra de baja intensidad, en la cual han sido
formados la mayoría de oficiales y suboficiales recibiendo instrucción
en la tristemente célebre Escuela de las Américas,
donde se enseña a formar grupos paramilitares que hagan el “trabajo
sucio” como las masacres contra las masas. Los casos y la múltiples
relaciones que han salido a la luz entre miembros de las fuerzas armadas
y grupos paramilitares no son hechos aislados hacen parte de su estrategia
frontal de guerra. Sin embargo ya no les basta esta forma “indirecta”
de intervención militar, durante los dos últimos años
en medio de la aplicación del Plan Colombia o Iniciativa Regional
Andina decenas de asesores militares han pisado el suelo colombiano
y están participando en combates, la ayuda militar en armamento
y entrenamiento se ha multiplicado. Es cierto que el blanco principal
de tal intervención es aplastar a las FARC (a pesar de que éstas
no tengan un programa realmente antiimperialista), pero también
buscan aplastar todo tipo de oposición y desmoralizar al pueblo
colombiano para que no se atreva siquiera a soñar con un cambio
radical. Estratégicamente buscan profundizar su control sobre
toda Latinoamérica para lo cual Colombia es una importante base.
Tal intervención no traerá prosperidad y soluciones para
el pueblo latinoamericano sino más hambre y devastación.
El lacayo Uribe ha insistido desde su campaña en la necesidad
de la intervención de “cascos azules a la colombiana”,
es decir militares colombianos con aval de la ONU, pero ya hoy está
hablando más abiertamente de una fuerza militar de ocupación
extranjera. La ONU no es un organismo humanitario, es un organización
controlada por las potencias imperialistas, los demás países
del tercer mundo que participan en ella son convidados de piedra que
no tienen ningún poder de decisión. Cuanta devastación
ha traído en Yugoslavia la participación de la ONU y sus
supuestos paquetes de ayuda humanitaria en África han sumido
a estos países en la cada vez más cruda dependencia económica.
Igualmente la OEA, es realmente una “Organización de Estados
lacayos de los Americanos”.
¡Construir
la resistencia YA!
El inconformismo y los sentimientos antiimperialistas están resurgiendo
en variados lugares del continente. En enero de 2002 en Porto Alegre
(Brasil) se reunieron en el Foro Social Mundial decenas de miles de
personas de organizaciones no gubernamentales, populares, ambientales,
indígenas y políticas para expresar su rechazo a la globalización
y a la guerra imperialista. Si bien hay muy variadas tendencias desde
socialdemócratas hasta anticapitalistas y antiimperialistas,
hay una buena base para potenciar la lucha a nivel regional. En países
como Argentina y Bolivia hay sentimientos y protestas contra el FMI.
Y en Perú una auténtica guerra popular esta desarrollándose
en medio de las dificultades y la cruel represión del enemigo,
siendo un importante ejemplo para los pueblos de la región.
Los países del área andina están en agudas crisis
económicas y políticas: en Ecuador en corto tiempo se
ha dado la caída de dos gobiernos por el levantamiento espontáneo
canalizado por ahora por fuerzas democrático-burguesas que no
representan los intereses del pueblo, y en Venezuela las clases dominantes
tradicionales proimperialistas hacen todo lo posible por mantener a
raya las veleidades del las fuerzas nacionalistas burguesas alrededor
de Chávez. Es decir una situación sumamente explosiva
se está cocinando en nuestros países. La solución
para nuestros pueblos no es sumarse a la cola de fuerzas nacionalistas
burguesas que a pesar de tener algunas contradicciones con el imperialismo
no son cabalmente antiimperialistas, sino construir una resistencia
independiente que una a todos los realmente antiimperialistas y progresistas.
Tales esfuerzos avanzan en Colombia, Ecuador y otros países.
Pero la guerra de agresión imperialista encabezada
por Estados Unidos a nivel mundial exige mucho más. Necesitamos
construir un pujante movimiento de resistencia a nivel mundial que se
oponga abiertamente a la intervención imperialista en la región,
que logre unir en medio de la movilización contra el enemigo
común a todos los sectores inconformes que de una y otra forma
reconocen que mayor agresión militar económica y militar
contra nuestros pueblos no van a traer prosperidad para el pueblo.
Hoy más que nunca se siente la urgente necesidad
de un movimiento mundial que ligue en un poderoso torrente todas las
luchas antiimperialistas, y esa necesidad se está convirtiendo
en una realidad en medio de la lucha. Ya se ha creado desde hace unos
meses el Movimiento de Resistencia Popular Mundial
en Europa y el Sur de Asia. Y en Colombia y otros países latinoamericanos
está en construcción una rama del Movimiento de Resistencia
Popular Mundial en momentos en que los imperialistas, encabezados por
Estados Unidos e Inglaterra se aprestan a desatar otra fase de su “guerra
de injusticia infinita” contra los pueblos del mundo.
Necesitamos unir en un solo torrente las lucha de los millones de trabajadores,
campesinos, obreros, estudiantes y organizaciones populares. Llamamos
sinceramente a todos aquellos que quieran oponerse militantemente a
la agresión imperialista a que unamos esfuerzos y le metamos
a la construcción de este poderoso movimiento que se oponga,
resista y derrote la agresión imperialista.
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